Oda a la palabra perdida
Voy a buscarte
en la quieta nostalgia del ayer.
Recuerdas
cuando reclamabas, larga y abierta,
un poco de tibieza.
A veces venías y te detenías
en la sombra pesada del destiempo.
De día, desgajada
te cerrabas
de noche soñabas con ojos de penumbras,
casi gris,
con gusto a tierra en la garganta.
Tu deshidratada lengua te quebranta
en pedazos de gritos sin sonidos
y en los labios un bozal amedrentado
de aventuras, dolor y egoísmos.
Estás quieta en la libertad del silencio
y en la espera suplicante de un poema.
Vengo a buscarte de tu destierro,
respiro el sonido de la lejanía,
el miedo tranquilo de lo que ignoro,
la culpa solitaria amordazada y
la eterna necesidad de reencontrarte.
Te encuentro,
palabra,
y no se que decir en la distancia.
viernes, 23 de octubre de 2009
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